Pocas decisiones políticas tomadas desde el Cabildo Insular de Gran Canaria han despertado un rechazo tan amplio de la sociedad como la de acabar con las cabras salvajes a tiros.
A pesar de que tras la primera batida, llevada a cabo sigilosamente a finales del pasado año, las voces de los ciudadanos se alzaron en contra de esta atrocidad, a la institución presidida por Antonio Morales (NC) no le ha temblado la mano a la hora de seguir adelante y proceder con otra matanza.
Ni las reivindicaciones de asociaciones ecologistas, ni las manifestaciones, ni el fuerte rechazo demostrado por la sociedad han servido para detener el a todas luces injustificable exterminio que desde hace unos días está dejando un reguero de animales muertos e incluso heridos en nuestra tierra y cuyas fotografías escandalizan al pueblo por una parte y certifican que el Cabildo ha vuelto a hacer oídos sordos por otra. Por no hacer caso no lo han hecho ni a los que les han pedido que recojan los cadáveres de los animales abatidos, que dejan horrendas imágenes que ya han comenzado a circular por las redes haciendo, por si fuera poco, la consecuente publicidad de nuestra isla.
Así las cosas, en la mañana de hoy varias asociaciones y colectivos han organizado una concentración delante de la institución cabildicia, desde la cual consejeros y otros cargos continúan impasibles con sus agendas suponemos que simplemente esperando que acabe la matanza y las voces en contra callen.