Alberto Santana: “Es muy importante que a un profesor le guste su trabajo, y a mí me encanta”

Autoescuela Alberto segundo aniversario Foto Laura MirandaEn 2014 se lanzaba a la piscina y decidía emprender con la apertura de una autoescuela. Ahora, dos años después, el veguero Alberto Santana nos cuenta cómo han ido las cosas durante este tiempo y cómo ha evolucionado lo que empezó como un proyecto.

– Se cumplen dos años desde que abrió sus puertas Autoescuela Alberto. ¿Cómo ha sido este tiempo?

Sí, dos años ya. Abrimos en junio con 2014 con mucha ilusión y la verdad es que estamos muy contentos porque durante todo este tiempo han sido muchos los alumnos que nos han demostrado su confianza en nosotros.

 

– ¿Por qué se decidió a montar su propia Autoescuela?

Yo creo que una de las cosas más importantes de un profesor es que le tiene que gustar su trabajo. Si no te gusta o lo miras como negocio puro y duro te cuesta mucho más llegar al alumno. Y a mí mi trabajo me encanta.

 

– ¿Cómo ha evolucionado la autoescuela desde su apertura?

Pues poco a poco hemos ido progresando. Al principio empezamos con un solo coche para prácticas, un Dacia Sandero, y ahora ya contamos con otro más, un Peugeot 207 HDI. Además hemos instalado nuevos equipos informáticos y hemos ampliado el número de ordenadores para que puedan hacer sus test un mayor número de alumnos a la vez. También hemos reformado las instalaciones dándole un aire más fresco.

 

– Desde su apertura Autoescuela Alberto ha tenido como lema “Te lo ponemos fácil” ¿Por qué?

Porque ponemos todas las herramientas disponibles al servicio de los alumnos para que obtener el permiso de conducir no sea difícil. Los alumnos disponen de test online las 24 horas y no sólo en horario de apertura, clases online también las 24 horas, cursos intensivos con profesorado todo el año, tutorías personalizadas… Además, para los más apurados tenemos cursos sprint.

 

– ¿Qué promedio de tiempo tardan los alumnos en sacarse el carné?

Eso depende de cada alumno, de sus capacidades, de si ya ha cogido alguna vez algún coche… El profesorado tiene que adaptarse al aprendizaje del alumno y tomar la metodología más idónea para sacarle el mayor provecho. Hay gente que por cuestiones de trabajo, de estudios o incluso de economía deciden ir sacándose el carné poco a poco, y hay otros alumnos más exigentes para los que tenemos los cursos intensivos que te comentaba antes durante todo el año y lo que llamamos “Teórico Sprint”, que está dirigido a aquellos que quieren sacarse el carné muy rapidito.

 

– Yo misma fui alumna suya hace años y ya por entonces se hablaba del alto porcentaje de aprobados con usted como profesor…

Bueno… No seré yo quien hable de porcentajes. A mí me gusta que hable el boca a boca.

 

– Cuando oímos la palabra “autoescuela” suele asociarse generalmente a personas jóvenes, pero eso no es siempre así…

No. Es verdad que son más los alumnos que deciden apuntarse en la autoescuela cuando cumplen la mayoría de edad, pero también es cierto que hay cada vez más personas que deciden que nunca es tarde para sacarse el carné:. Hemos tenido alumnos hasta de 70 años. Se trata de gente que no tienen el permiso porque nunca lo han intentando o porque lo han intentando y no les ha ido bien y vuelven a probar con nosotros. Es un orgullo cuando ves aprobar a gente que pensaba que nunca lo iba a conseguir y lo logran en Autoescuela Alberto. Yo diría que esa es la parte más bonita de la profesión, cuando ves que hay alumnos que les ha costado mucho y finalmente lo consiguen.

 

– Hace un tiempo que Tráfico cambió el sistema de examen. ¿Qué le ha parecido este cambio?

La verdad es que estamos muy contentos con el examen. Al principio son diez minutos libres en los que los alumnos que estén preparados no tienen ningún problema para demostrar lo que saben. El resto del examen es dirigido por el examinador y las calificaciones se dan al día siguiente a través de Internet, no como antes que se comunicaban al finalizar el examen. Con esto se evitan situaciones desagradables que se producían antes en algunos casos cuando los alumnos no estaban contentos con su calificación.

 

– Usted trabajó anteriormente para otra autoescuela, con lo que ya tenía experiencia en la profesión. ¿Cómo han cambiado las cosas desde que usted empezó hasta el día de hoy?

Sí, tuve la suerte de trabajar anteriormente en otra autoescuela donde mucha gente pudo conocerme y donde yo también fue adquiriendo experiencia. Desde aquellos comienzos a ahora las cosas han cambiado de forma notable, sobre todo por la irrupción de las nuevas tecnologías y por el tema de la crisis. Las nuevas tecnologías han ayudado sobretodo a que la parte teórica del carné sea mucho más fácil. Los alumnos ya no se ven obligados a asistir a clases ni a ceñirse a unos horarios, sino que tienen la teórica y los tests disponibles las 24 horas a través de Internet, en el móvil o en el ordenador, y eso facilita mucho las cosas. En el otro extremo está el tema de la crisis, que hace que los alumnos lleguen un poco más condicionados por la economía.

– ¿Qué otros servicios ofrece Autoescuela Alberto?

Ahora mismo estamos trabajando con la formación a transportistas de mercancías y viajeros, el denominado CAP. También damos cursos de reciclaje, que están dirigidos a aquellas personas que ya tienen el carné de conducir pero que necesiten hacer, digamos prácticas con el coche. Esto es muy habitual en personas que se sacaron el permiso hace muchos años y nunca han cogido el coche o dejaron de hacerlo hace tiempo y ahora han decidido volver a conducir y necesitan más soltura.

 

– ¿Qué ofrece Autoescuela Alberto que no ofrecen otras autoescuelas?

El hecho de ser una autoescuela pequeña te permite ser más próximo al alumno y eso ayuda mucho en el proceso de formación. Nosotros no sólo buscamos que los alumnos se saque el permiso, sino que sepa conducir, que son dos cosas bien diferentes. No es lo mismo pasar una prueba que sentirte realmente seguro conduciendo.

 

– En dos años tendrá muchas anécdotas. ¿Nos podría contar alguna?

Sí (Risas). Una vez, cuando iba a dar una práctica a una señora mayor, me senté en el asiento del copiloto y ví que el volante goteaba agua. Pensé que podría ser de la humedad y se lo dije, pero me dijo que no, que era agua bendita, que había bendecido el coche por dentro cuando se subió para que le fuera bien la práctica.

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